El viernes pasado acabó la Cumbre Mundial contra el Cambio Climático de Copenhague. Su resultado se resume en esto:
No puede ser que dijese lo que acabo de oír. ¡Y dijo esto delante de los líderes de más de cien países! ¡Joder cómo se le va la pinza a este hombre!
Leamos lo que dice:
“Seamos leales con nuestros pueblos, con nuestros compatriotas. Tenemos que lograr unir el mundo para salvar la tierra, nuestra tierra. en la que viven pobres, demasiados pobres, y ricos, demasiados ricos pero la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”
¡Que declaraciones! No tienen desperdicio. Se ve que el hombre quiso darle un toque profundo al discurso (al estilo del jefe Seattle, de la tribu Suwamish) y dijo una “estupidez del 15” delante de medio mundo. En fin…
Es un buen resumen. La Cumbre se quedó en eso, meras palabras vacías y buenas intenciones que no llevan a ninguna acción concreta. No fue el único que hizo declaraciones prometedores. Chávez hizo, curiosamente, un gran discurso aunque bastante hipócrita e inútil.
